Imagina que te entrego una hoja en blanco y te pido que dibujes algo. Lo que tú quieras.
Seguramente, te quedarás viendo la hoja en blanco durante unos segundos o incluso minutos y pensarás ¿pero qué dibujo? ¿lo que yo quiera, pero sobre qué?
Así se siente la incertidumbre, no saber qué voy a hacer ante algo que tengo delante.

Sin embargo, la mona lisa se pintó en un lienzo en blanco, la novena sinfonía de Beethoven se compuso en un piano con teclas negras y blancas.
¿Qué es lo que ayudó a realizar esto? El dejarse llevar… ¿Lo has intentado?
¿Qué es la incertidumbre?
- Es el no saber qué es lo que va a pasar en el futuro
- Es no tener seguridad de algo que pueda pasar.
- Creo que a veces queremos tener el control de las situaciones para así sentir tranquilidad. Pero ¿tenemos seguridad de algo? No, todo puede cambiar.
- Lo único que sabemos que sí va a pasar, es la muerte.
- Por ello, siempre vamos a tener en la vida momentos de incertidumbre, de no saber qué va a pasar, de no saber cómo voy a reaccionar o qué puedo hacer ante algo.
Algunos de los comportamientos que se tienen cuando existe poca o nula tolerancia a la incertidumbre, los cuales menciona una autora llamada Marta Guerri (2017), son:
- Evadir – Se trata de evitar realizar algunas actividades, ya que pueden generar mucha incertidumbre el no saber con exactitud qué respuesta se podrá esperar ante determinada acción o situación.
- Revisar – El consultar las cosas una y otra vez para asegurarse que no existe ningún error, o informarse para evitar desconocer algo.
- Buscar alivio y seguridad – Existen personas que tienden a preguntar a alguien más acerca de una cosa, una y otra vez, ya que esto puede causarles seguridad. Buscando en la mayoría de los casos que les brinden la resolución que quisieran oír.
- Hacer listas – Son con el propósito de no olvidar nada y tener todo bajo control.
- Preocuparse – Síntoma importante ante la incertidumbre, además de que provoca altos niveles de ansiedad y pasar el día pensando y pensando sin llegar a una conclusión razonable.
- Negarse a delegar – Son personas que están más tranquilos si ellos mismos se encargan de todo, ya que así pueden tener “mayor control” de las mismas.
Por lo tanto, creo que algo importante para poder gestionarla o enfrentarla, son 3 puntos:
- Reconocer nuestras emociones. Validarlas.
Al hacer eso recuperamos poder, recuperamos autoestima, tenemos mayor energía. - Reconocer que no tengo control, no puedo controlar lo que “puede o no suceder”.
Lo que sí puedo hacer es buscar la tranquilidad hoy, ¿cómo?, aquí entra el punto 3. - Reconocer lo que hoy tengo y soy.
Para combatir la incertidumbre, se necesita de certezas.
Y las certezas las encuentras en el aquí y ahora.
Por lo tanto, te invito a cuestionarte al menos estas 3 preguntas:- ¿Qué si tengo hoy?
- ¿Con qué recursos cuento hoy?
- ¿En qué o en quién me puedo apoyar?

Un gran ejemplo es al mirar un atardecer, yo puedo tener incertidumbre por no saber qué va a pasar al anochecer, pero si tengo la certeza de que el anochecer termina y un nuevo día comienza.
Es importante comprender que la incertidumbre siempre estará ahí.
Sin embargo, es responsabilidad de cada uno el elegir cómo se reaccionará ante la misma.
Al “no saber” qué es lo que pueda ocurrir, buscamos controlar lo que “podría o no suceder”.
Se siente como manejar una bicicleta sin volante, o cuando no tengo el mapa que requiero para poder llegar a un lugar en específico.
Por lo tanto, cuando no estamos arraigados o pisando fuerte nuestro presente, es prácticamente imposible tolerar la incertidumbre.
El aceptar que una expectativa pueda ser cumplida o no, genera mucha ansiedad e incertidumbre.
Para afrontarlo, lo ideal es poderlo trabajar en el momento presente, en el aquí y el ahora.
Si quieres tener control, planifica un día a la vez.
Evita hacer planes a largo plazo por ahora.
Vive un día a la vez, vive día a día.
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