“Todo el tiempo estoy corriendo”, “No tengo tiempo, tengo demasiado trabajo”, “Dejo a mis hijos y me voy al trabajo, cuando llego a mi casa estoy agotado(a)”, “O trabajo o hago lo que me plazca”, “Toda mi familia necesita de mi ayuda”.
¿Te suenan estos comentarios? A mi sí, los escucho constantemente e incluso los he llegado a decir.
Sin embargo, me hace pensar mucho en que, si siempre estás corriendo al siguiente momento, a la siguiente actividad, a la siguiente ocupación ¿qué pasa con el momento en el que estás?
Las ocupaciones diarias y las actividades consumen una gran parte de nuestra energía, si es que no casi toda y por eso es normal que te preguntes:
¿Cuándo me pongo atención?
La familia, los amigos y el trabajo son siempre esos factores en los que nos escudamos para dedicar tiempo, pero muy pocas veces volteamos a vernos a nosotros mismos.
Cuando no nos miramos, cuando no prestamos atención a nuestro estrés por estar perdidos realizando miles de actividades, cuando estamos al pendiente de todos y detrás de todo lo que hace falta, es importante darnos un respiro, parar.
¿Por qué? Porque cuando no lo hacemos, el cuerpo comienza a hablar, a protestar.
Gran parte de las enfermedades se derivan del estrés y ansiedad, por ello es importante hacer una pausa, mirarte, atenderte. No te estoy hablando de unas vacaciones, ni siquiera de todo un día. Sino de momentos en tu día a día.
Momentos que te dediques a ti, a disfrutar de un café, té, pero realmente disfrutarlo y no estar concentrados en el celular mientras lo haces. Dedicar unos minutos a estar en el momento presente, observar esas flores en el jardín, mirar el cielo, saborear la comida o simplemente, observar tu respiración.

Por ejemplo, sal a un parque o jardín y mira las hojas, sus colores y formas. Préstale atención.
Mindfulness es una herramienta súper útil para llevar a cabo todo esto, es estar en consciencia plena, nos ayuda a disminuir la tensión diaria y a prestar atención a aquello que es realmente importante.
(Da clic aquí si te interesa aprender Mindfulness).
¿Te has dado cuenta de que cuando estás relajado(a) prestas más atención a pequeños detalles? Incluso se disfruta más de la compañía, de las fiestas, de la comida y de la soledad.
Por eso, te invito a darte unos minutos para ti. Mírate, préstate atención, que te aseguro que no solo los demás son importantes, primero estás tú.
Si necesitas asesoría psicológica, contáctame y permíteme acompañar tu proceso.
Sigue mi blog
Recibe nuevo contenido directamente en tu bandeja de entrada.