Primero que nada, hay que entender ¿qué significa el amor propio?
Amor propio es el valor que te brindas a ti mismo(a), es el amor que te tienes a ti aunque suene redundante. Se encuentra relacionado con la autoestima y el autoconcepto.
No solo es importante el cómo te defines a ti mismo(a) sino qué emociones van implicadas en esa descripción, esto es, ¿cómo te sientes con esa definición que tu te pones?
Incluso pueden ser definiciones que no te gusten mucho, pero eso no significa que no tengas amor propio, puedes llegar a aceptar esas características no tan gratas. Por ejemplo, si yo fuera desordenada, no es una definición de mi misma que me gustaría, pero sería una realidad. Así que puedo aprender un poco cómo organizarme para ser menos desordenada en algunos aspectos de mi vida (en el trabajo por ejemplo), pero no regañarme todo el tiempo porque sea desordenada.
Si las características que te pones no te limitan en tu vida diaria, no te dificultan tus relaciones o tu te encuentras tranquilo(a) al respecto, no necesitas hacer nada más que observarlas. En cambio, si te desagrada y te limita, tal vez sea importante no solo observarla, sino llevar a cabo una acción para mejorarlo, como en el ejemplo de ser desordenada, hay situaciones en las que tal vez conviene modificarlo para poder tener un mejor desempeño.

Un elemento muy importante en el amor propio es el aprender a escucharte, a poner atención a tus necesidades, además de respetarte y validar cada emoción que se presente.
Ninguna emoción es mala ni negativa, solo es una emoción. Y como tal, hay que escucharla para saber qué quiere expresar y posteriormente dejarla fluir, solo así, disminuirá su intensidad e incluso puede llegar a desaparecer.
Para desarrollar el amor propio, existen algunas estrategias. Yo aquí te escribo las siguientes:
- Aprende cosas nuevas
Una gran estrategia para cultivar el amor propio es aprender cosas nuevas, así que piensa en aquellas actividades que siempre has deseado realizar e intenta llevarlas a cabo.
Por ejemplo, si siempre te ha gustado la música y quisieras tocar un instrumento, podrías comenzar por comprarlo, rentarlo o acudir a una escuela de música donde te permitan usar un instrumento y te enseñen a usarlo. Si te es más complicado, tal vez puedes comenzar con realizar diversas playlists (listas de música) en tu computadora, seleccionando géneros y grupos.
Lo importante es realizar actividades que te apasionan y que aportan algo significativo y positivo en tu vida.
- Rétate
A veces el miedo al fracaso no te permite arriesgarte a realizar cosas nuevas, pero cuando tienes una meta que te interesa y que quieres alcanzar, para llevarla a cabo es importante que te impulses a lograrlo, y esto implica un reto.
En muchas situaciones es probable que no te llegues a sentir listo(a) o suficientemente preparado(a). Ojo, no digo que no te prepares, solo que no busques el perfeccionismo. Inténtalo y ve como te sientes, solo así podrás mejorar aquello que no te gusta y con ello crecerás y podrás conocer aquellas habilidades y capacidades que tienes o que hace falta que desarrolles más.
- Olvida lo que piensen los demás
Sé que suena más fácil de lo que es, pero recuerda que no tienes porque agradar a todo el mundo.
La gran mayoría de las personas critica, exige y pregunta a los demás cosas como: “¿y el novio(a)?” “¿para cuándo la boda?” “¿para cuándo el primer bebé?” “estás gordo(a)/flaco(a)” y un largo etcétera.
Darle gusto a cada pregunta implica hacer lo que “debo de” o lo que “tengo que”. Y a lo único que tienes que hacerle caso es al “yo quiero”.
Cuando sabes lo que quieres y te muestras como eres, a los demás les gustará estar contigo porque serás auténtico(a), y a quienes no les parezca, pues te invito a preguntarte ¿quieres a tu lado a gente que no te quiere por quien eres?
No tengas miedo de ser quién eres, conócete y permítete crecer, seguirte desarrollando.
Toma la responsabilidad de hacerte cargo de ti, de quien eres y de lo que deseas.